Un alma despistada

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COMEDIETA DE DEMONIOS EN UN ACTO

(El escenario representa las puertas del infierno. En escena, un diablo convencional, sentado, leyendo un libro. Al poco, un alma.)

ALMA.–(Llegando) ¡Buenas! ¿He llegado por fin? ¿Es esto el infierno?
DEMONIO.–(Dejando el libro) ¡Ya empezamos!
ALMA.–¿Cómo?
DEMONIO.–Otro despistado.
ALMA.–Usted perdone, pero de los rojo de su atavío, de su rabo y de sus cuernos deduzco que usted es un diablo, por lo que debo de encontrarme en el infierno, que es a donde me dirigía.
DEMONIO.–Pase por esta vez el que venga aquí con estas prisas. Se lo disculpo, porque evidentemente usted no sabe aún de qué va esto. Pero, antes de seguir adelante, dígame: ¿cómo sabía usted que al infierno se venía por aquí?
ALMA.–Bueno, lo supuse. Yo cogí las paperas. Me morí y entonces...
DEMONIO.–¡Eh! Un momento. ¿Qué cuento me está contando? Nadie se muere de las paperas.
ALMA.–Eso lo dirá usted. Abraham Lincoln tuvo las paperas.
DEMONIO.–¿Y murió?
ALMA.–Hace ya siglo y medio.
DEMONIO.–¡Anda!
ALMA.–Bueno, sigo. Me morí y, al poco, me encontré andando por un camino. Llegué a una encrucijada, en donde el camino se bifurcaba. Había un sendero áspero, lleno de piedrecitas y arbustos espinosos, que supuse que sería el camino del cielo. El otro era agradable y fácil de hacer, estaba lleno de flores y era el más concurrido.
DEMONIO.–(Este tipo ha leído a Quevedo, parece. ¡Buen pedante está hecho!)
ALMA.–Además, estaba muy claro, porque había dos flechas que decían «al cielo, por aquí» y «al infierno, por allá».
DEMONIO.–¿Y por que te fuiste por el camino del infierno, si me permites que te tutee y te lo pregunte?
ALMA.–Porque yo soy un gran pecador.
DEMONIO.–¡Toma! Como todos.
ALMA.–¿Qué?
DEMONIO.–O sea, a ver, que yo me entere: ¿como eres un pecador, al morir te vienes para acá, a darme la lata a mí?
ALMA.–¡Claro!
DEMONIO.–Pues no está tan claro, porque yo ¿qué culpa tengo de que tú peques o no, vamos a ver?
ALMA.–Es que yo creía...
DEMONIO.–¿Tú creías? Tu no creías en nada que mereciese la pena, si no, no estarías aquí.
ALMA.–(Dudando) A mí siempre me habían dicho...
DEMONIO.–¿Y quién te manda creer todo lo que te digan? Las cosas las ha de aprender uno mismo.
ALMA.–¿Sí?
DEMONIO.–¡Tú me dirás! No veas la de barbaridades que hacéis los humanos sólo porque otros humanos os dicen que las hagáis.
ALMA.–Yo me estoy liando. A ver... La cosa es mucho más simple y no creo que necesite de tanta palabrería, que me confunde. Los hechos son estos: He muerto. Vengo al infierno a sufrir por toda la eternidad. Permíteme que entre y déjate de monsergas, diablo.
DEMONIO.–¡Cuánto le queda por aprender a esta gente! Vamos a ver, tontorrón: ¿tú crees que por pecar se viene al infierno?
ALMA.–¡Hombre, es obvio!
DEMONIO.–No me llames «hombre», que me da mucho asco.
ALMA.–Bueno.
DEMONIO.–Volviendo al tema: ¿obvio, dices? ¿Tú sabes cuánta gente peca?
ALMA.–(Después de pensarlo un poco.) Mi figuro que casi toda.
DEMONIO.–¿Y te crees que aquí íbamos a tener sitio para tantas almas? Pero, hombre, si hasta en el Museo del Prado faltan salas para tantos cuadros como tienen. ¿Qué querías? ¿Que trajésemos aquí a toda la humanidad presente y pasada? ¡Buen problema logístico sería, sólo para organizar los turnos del desayuno!
ALMA.–¿Cómo? ¿Entonces no es verdad todo lo que nos enseñan en la tierra?
DEMONIO.–Casi todo es mentira.
ALMA.–¿No es cierto que las almas de los condenados arden aquí eternamente?
DEMONIO.–Pero, simplón, vamos a ver: ¿tú sabes de algo que arda eternamente? Esa idea se contradice con las leyes de la termodinámica.
ALMA.–¡Eh!
DEMONIO.–Además, si hubiera algo que ardiera eternamente, estaríamos hablando de una fuente de energía muy renovable; entonces, los árabes no podrían vender su petróleo, se desestabilizarían las balanzas de pagos y se armaría un cisco internacional.
ALMA.–Venga. ¡Déjate de chuflas!
DEMONIO.–No es broma. Las cosas son más sencillas de lo que parecen.
ALMA.–Creo que no quiero seguir con esta conversación. Me estoy confundiendo. ¡Abre la puerta y déjame sufrir el castigo de mis pecados!
DEMONIO.–Pero, ¿qué pecados, infeliz? ¿Tú crees que puede haber un pecado merecedor de un castigo eterno? ¿Tú sabes lo que es la eternidad? ¿Siempre, siempre, siempre? ¿Qué pecado has cometido tú, vamos a ver?
ALMA.–Yo... pues...
DEMONIO.–Venga, habla.
ALMA.–He cometido adulterio. Varias veces.
DEMONIO.–¡Hay que ver cómo os complicáis la vida! Me estás diciendo simplemente que te has apareado con una hembra de tu especie. Yo lo encuentro muy normal. Máxime teniendo en cuenta que el impulso sexual no lo habéis inventado los hombres, sino que se os ha sido impuesto.
ALMA.–Pero es un acto cometido fuera del matrimonio.
DEMONIO.–El matrimonio no es sino un contrato. He de reconocer que los contratos sí son algo diabólicos. Pero, créeme: eso no es para rasgarse las vestiduras.
ALMA.–¿Seguro?
DEMONIO.–Te lo digo yo.
ALMA.–Vaya. En fin... también he robado.
DEMONIO.–¡Esa manía del anticuado concepto de la propiedad privada!
ALMA.–(¡Un diablo comunista! ¿Quién me lo iba a decir?)
DEMONIO.–¿De quién crees que son las flores de los campos, vamos a ver?
ALMA.–Pues...
DEMONIO.–Y el aire, ¿de quién es?
ALMA.–Esto...
DEMONIO.–Las cosas del universo son del universo mismo. No te compliques la vida.
ALMA.–¿Tú te estás quedando conmigo o qué?
DEMONIO.–Lo que quiero hacerte entender es que lo único sagrado que existe es la vida. Las otras cosas son a voluntad de partes.
ALMA.–¡Ah! Pues yo no he matado a nadie. Si eso es lo que es pecado, entonces soy inocente.
DEMONIO.–¿Estás seguro?
ALMA.–Yo nunca he hecho daño a ninguna persona.
DEMONIO.–Pero te habrás comido algunos buenos chuletones, ¿a que sí? La vida es vida, así es que no me vengas ahora con monsergas.
ALMA.–(¡Un diablo vegetariano!)
DEMONIO.–Por desgracia, no eres tú solo, sino que desde la noche de los tiempos los seres humanos matan. Y aunque eso sí que es pecado, lo que pasa es que ya estamos acostumbrados y, por eso, se os perdona, teniendo en cuenta vuestra imperfección.
ALMA.–¿Cómo? ¿No se me va a castigar, entonces?
DEMONIO.–Aquí no se castiga a nadie. Sería muy injusto haceros pagar por lo que no es culpa vuestra, sino lo que podríamos considerar un «defecto de fabricación».
ALMA.–¡Que me aspen! Entonces, ¿se me perdona todo?
DEMONIO.–¿No te he dicho que sí?
ALMA.–¿Y no hay infierno?
DEMONIO.–¡Claro que no!
ALMA.–Pues ¿qué es esto y qué haces tú aquí?
DEMONIO.–Esto es una oficina de información para almas despistadas. Y yo soy el encargado de ilustrar a los ignorantes, en el turno de tarde.
ALMA.–¡Qué cosas! Pero, y yo, ¿qué hago ahora?
DEMONIO.–Tienes varias opciones. Puedes encarnar en otro cuerpo. Es lo más socorrido. O bien puedes flotar por ahí, esperando a que se acabe el invento.
ALMA.–¿Qué invento?
DEMONIO.–Hombre, esto: el universo. Puedes esperar hasta el siguiente.
ALMA.–¿Es que habrá más?
DEMONIO.–¿No os enseñan en el colegio que la energía no se crea ni se destruye, que sólo se transforma? ¿Es que crees que todo este tinglado iba a acabar en la nada?
ALMA.–¿Así es que tampoco puedo ir al cielo?
DEMONIO.–(Estallando, indignado.) ¡Los hay obtusos! ¿Es que no te has enterado de nada de lo que te he dicho? ¿Quieres sabes si existe el infierno? Pues lo único que es un infierno es tener que contaros a todos lo mismo, una y otra vez.
ALMA.–(Apaciguándole.) Bueno, no te pongas así. Yo me voy y todos tan contentos. Ya no te molesto más. (Mutis.)
DEMONIO.–¡Sí, hombre, sí! ¡Vete por ahí! (Suspirando.) La verdad, empiezo a estar muy cansado de este oficio. Tratar con esta gente me crispa los nervios. Necesito unas vacaciones.


Pirateado de http://humoradas.blogspot.com

2 comentarios:

- M. B. - dijo...

Lo leí y me gusto.

Anónimo dijo...

AVANCES DEL 22 AL 26 DE MAYO

AMOR EN CUSTODIA
TV Azteca, 21:00 HORAS, Azteca 13.

Bárbara ve a Nicolás y él se va. Pide a Magdalena que lo busque. Paloma le insiste a Pacheco que regrese a Madrid. El Agente informa a Santiago que atraparon a Samantha. Él platica con Inés de su posible paternidad de Paz y Samantha. Magdalena y Tango piden a Noelia los gemelos. Ella se niega y le marca a Juan Manuel. Noelia acepta con recelo dar a los gemelos. Noelia amenaza a Juan Manuel si la deja. Noelia amenaza con suicidarse. Juan Manuel la calma y ella se derrumba. Platica con Ringo y le pide que vaya a México a visitarla. Noelia le dio raticida a Juan Manuel. Andy se presenta con Francesco. Dice ser su hijo. Nicolas vuelve a Madrid. Juan Manuel agoniza por el raticida. Tatiana tiene los mismos síntomas. Juan Manuel sangra. Noelia finge que no es nada. Tatiana siente lo mismo que Juan Manuel y advierte que se está muriendo. Juan Manuel le pide ayuda a Noelia. Ella miente que ya viene el médico. Noelia apaga el celular de Juan Manuel. Él agoniza y Noelia evade la situación. Noelia finalmente lo lleva al doctor. Santiago y Francesco le ofrecen a Alejandro regresar a la cervecera. Él acepta. Nicolás lee una nota de Mendoza y se entristece. Bautizan de Luz, la niña de Bárbara. Termina el bautizo de Luz. Paz está molesta por la ausencia de Juan Manuel y va a buscarlo. Anita y Ramiro se preparan para escapar. La policía los rodea. Braulio informa a Juan Manuel y Tatiana que fue envenenado. Paz llega a la casa de Juan Manuel y Noelia la observa. Intenta golpearla. Magdalena le propone a Bárbara irse a vivir a Argentina. Nicolás le marca a Bárbara, finge ser un periodista y la interroga sobre su relación con Mendoza. Bárbara miente al periodista y le dice que se va a casar con Mendoza. Noelia dice no a Paz no saber nada de Juan Manuel. Paz y Mili dudan de Noelia. Braulio le informa a Juan Manuel que fue una intoxicación. Tatiana no le cree. Noelia inventa que Paz no quiere verlo. Magdalena visita a Anita en la celda. Ella aclara que no quería hacer daño a nadie. Paz visita a Juan Manuel, confiesa que Noelia le mintió. Juan Manuel cuestiona a Noelia. Ella se exalta e intenta golpear a Paz. Braulio la detiene. Nicolás aclara a Paloma que no la quiere. Mili cuida a Pamela. Tatiana aclara que no le va ha quitar a su hija. Juan Manuel insiste a Paz que se reconcilien. Ella le pide tiempo. El doctor informa a Nicolás que está mejorando. Bárbara ordena poner anuncios de Nicolás por todo el mundo. Anita regresa a su casa y conoce a Luz. Mili confiesa a Victoria que Fabricio no ha olvidado a Tatiana. Francesco confirma que Andy es su hijo con la prueba de ADN. Nicolás descubre un anuncio de Bárbara donde desmiente su romance con Mauro. Nicolás descubre letreros de Bárbara donde lo buscan. Andy intenta seducir a Victoria. Ella lo rechaza. Santiago avisa a Paz que acepta hacer la prueba de ADN. Nicolás llama a Bárbara. Gino le dice que está en casa de Magdalena. Nicolás ve a Bárbara. Se ilusiona. Pretende acercarse a ella. Nicolás intenta acercarse a Bárbara. Un policía se lo lleva y Bárbara no lo ve. Zurita explica Nicolás que debe acompañarlo y confiar en él. Juan Manuel dice palabras de amor a Paz. Pide que se quede con él. Zurita informa a Nicolás que un exconvicto los está buscando para vengarse. Nicolás insiste a Zurita que debe ver a Bárbara. El informa que uno de sus compañeros murió junto con su esposa por la venganza del Chueco. Victoria pide a Andy que no la perjudique. Él intenta seducirla. Francesco interrumpe. Nicolás deja una nota en el departamento de Magdalena. Magdalena descubre a Nicolás pero no lo reconoce. Bárbara descubre que Nicolás está intentando protegerlas. El chofer avisa a Nicolás que Zurita debe irse de la ciudad. Avisa que él también se irá. Paz propone a Juan Manuel que vuelva a ser su guardaespaldas. Él se niega. Magdalena pide a Bárbara que se vaya a casa de Paz. Ella se niega. Magdalena vuelve a ver el auto con vidrios polarizados. Magdalena sigue el auto en un taxi. El abogado informa a Alejandro que Samantha se declaró culpable y que no podrá sacarla de la cárcel. Magdalena observa al Chueco y sus cómplices. Nicolás intenta prevenir a Zurita. Los cómplices del Chueco lo matan: Magdalena intenta ayudarlo. Nicolás teme por Bárbara. Victoria y Francesco se reconcilian. Andy los observa y llama la atención de Francesco. Paz sube al auto. Juan Manuel está molesto. Noelia los observa. Espera que estalle la bomba. Zurita es asistido por los paramédicos. Intenta prevenir a Magdalena sobre el Chueco. Ella no lo entiende.

HAY TE MANDO LOS AVANCES PARA QUE LOS PUBLIQUES

SALUDOS. LOBO.