Un cuento corto

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Erase una vez una mosquita que volaba en el crudo invierno, iba volando y volando titiritando de frío, estaba cansada de tanto volar buscando un lugar donde refugiarse del frío, sentía que ya no podía más asi que abruptamente decidio dejar mover sus alas y cayó... ooh! pero cual sería su sorpresa que en lugar de darse tremendo madrazo con el suelo cayó sobre un pedazo de estiercol blando y calientito que una vaca acababa de dejar. La mosquita se sintió feliz porque al fin estaba calientita y podía descansar, se giraba, volteaba , estiraba, paseaba en toda esa "plasta".

MORALEJA: Muchas veces creemos que por sentirnos "calientitos" estamos en lo correcto sin darnos cuenta de que estamos metidos en pura mierda.

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